Eliminar el forraje de la dieta: los caballos basan su alimentación en el consumo de forraje. Su fisiología y comportamiento están diseñados para masticar forraje muchas horas al día. La ausencia del mismo trae como consecuencia trastornos fisiológicos y de conducta, ocasionando mayor estrés y por ende mayor riesgo de aparición de estereotipias. El forraje de buena calidad es el alimento base de toda dieta del caballo y nunca debe ser eliminado ni reemplazado, ya sea por alimentos balanceados, granos, pellets/cubos de alfalfa, etc.
Reemplazar el forraje: el forraje (como el heno de alfalfa y chala, por ejemplo) , tal como ofrecidos tienen una estructura, textura y tamaños que lo hacen idóneos para estimular los tiempos y la calidad de masticación adecuadas, promoviendo la producción de saliva necesaria y la expresión del comportamiento natural del caballo. Los “modernos sustitutos” (pellets y/o cubos de alfalfa por ejemplo) no tienen estas últimas características, por lo que su uso reemplazante no se recomienda. (pero son una alternativa como complemento del alimento balanceado).
No prestar atención al agua: los caballos necesitan consumir agua fresca y limpia todos los días. Además el consumo de agua influye directamente en el consumo de alimento (un caballo deshidratado no come).
Forma de alimentar: el forraje y el alimento balanceado se digieren en lugares distintos, por ende es necesario que se consuman en tiempo distintos. Lo mejor es que nuestros caballos consuman primero el forraje, y luego de 2 horas consuman el alimento balanceado.
Frecuencia de alimentación: los caballos poseen un estómago muy pequeño, y están hechos para masticar de 12 a 16 horas al dìa, por esta razón necesitan comer pequeñas raciones durante todo el día. Se recomienda brindar como mínimo 4 raciones al día para ayudar a mantener su equilibrio natural. En un siguiente artículo encontrarán los siguientes 5 errores comunes.