A lo largo del tiempo, los caballos han demostrado lealtad al hombre, y su capacidad de sobrevivir en silencio, sobre todo cuando se trata de la necesidad de alimentarse, al ser “animales de presa” y “de manada”, la necesidad de comida no se encuentra entre sus prioridades en comparación con lo que significan la seguridad y el confort.
Es por esto que pueden pasar muchos años con una nutrición deficiente y prácticas de alimentación inadecuadas, y sobrevivir y trabajar con hambre y sed. Morir con hambre y sed.
Si estamos en el camino del Bienestar Animal, ¿Cómo verificar el cumplimiento de esta primera libertad? Sabiendo que los caballos consumen los insumos más caros en el mercado ¿Cómo los utilizamos de manera eficiente y eficaz?
Aquí algunos tips que nos pueden ayudar a entender mejor a nuestros caballos y como atender esta primera libertad.
LIBRE DE HAMBRE
Los caballos en estado natural mastican diariamente alrededor de 16 horas, su sistema digestivo está hecho para ingerir varias y pequeñas porciones de alimento al día, por esto tiene uno de los estómagos más pequeños (incluso más pequeño que el de un conejo, proporcionalmente hablando). Está diseñado para producir alrededor de 40 litros de saliva al día, y necesita masticar para producirla. Esto lo logra masticando FORRAJE, ya sea pasto natural o cultivado. Si un caballo mastica muy poco al día, no solo no produce la cantidad de saliva adecuada, sino que el estrés se manifiesta inmediatamente y comienza a masticar sus propias heces por ejemplo (y demás vicios de cuadra)
La fibra proveniente de los forrajes es fundamental para la buena digestión equina. Aquí radica la importancia de que el caballo nunca deje de consumir y masticar forrajes adecuados. Si esto ocurre, se pueden producir gases en exceso, lo cual incrementa el riesgo de la aparicion de cólicos, por ejemplo.
Adicional a esto, los caballos necesitan cubrir los requerimientos nutricionales que resultan de la exigencia diaria del trabajo con el hombre (trabajo, deporte, exhibición y otros), asi como edad y categoria fisiológica (Sin entrar en detalle de características individuales y raciales, que también influyen). Esto se logra con la combinación de un forraje de buena calidad y un muy buen alimento balanceado. Este último debemos ofrecerlo con varias raciones al día, siempre 90 minutos después del forraje y nunca combinado con este (ya que se digieren en zonas diferentes).
LIBRE DE SED
Los caballos toman agua varias veces al día, la prefieren fresca y limpia. Su consumo aumenta por la tarde, al final del día, y beben sorbos grandes cada vez (5 litros en promedio por vez, 8 veces al día). Requieren de un bebedero limpio, con niveles de profundidad adecuados que le permitan al caballo expresar su patrón natural de consumo, y a los humanos poder supervisarlo rápidamente.
Animales con mayor esfuerzo físico y madres lactantes, incrementan el consumo en un 60%. Al no tener una fuente de agua adecuada que les permita tomar estos grandes sorbos, disminuyen el consumo lentamente y van disminuyendo el consumo de alimento también.
Un caballo deshidratado no come y un caballo muy deshidratado tampoco bebe.
Para comprobar que nuestros caballos estén recibiendo correctamente los nutrientes y agua que necesitan, debemos observar condición corporal, el estado de su piel, el brillo de su pelo y el estado de sus cascos, las características de la bosta, entre otros.
Reconociendo sus requerimientos podremos ofrecer de manera eficiente una alimentación que los mantenga en buen estado de salud, mejore su desempeño y gracias a ello también su relación con el hombre.
ING. P. Quintana, EQUUS Corp. Publicado en Paso Galope Ed. Agosto 2016