Son las 4 de la tarde, y Estefania Meza esta bajando con sus caballos de lo alto de la montaña, nos avisan Antauro y Amilcar, “ahí baja mi mamá!, y les pregunto, “nos querrá ayudar en el estudio?….”siiii" responde Amilcar……y comienza a hablarle a su mamá en el quechua mas enternecedor.
La Familia Quispe Huaman Meza se dedica a la ganadería, en lo alto de las montañas mas altas de la Comunidad Nativa de Pacramayo, Distrito de Lucre, Cuzco.
Los niños de la comunidad que encontramos en el camino y llevamos a su casa, Amilcar y Antauro, están contentos con lo que les contamos acerca de la investigación y se ofrecen dulcemente a traernos sus caballos, al llegar a la montaña donde se encuentran suben corriendo a traerlos. En el camino se les une un precioso caballo de pelaje rizado, característica particular de algunos caballos andinos.
Aparece Don Jose Quispe Huaman, luego de presentarnos (todo mediante traducción de sus nietos) Nos cuentan de sus caballos, Chumpe (anaranjado en quechua), Zaino y Mariano, y nos comienza a ayudar en la evaluación. Le explicamos que estamos aquí para poder dar el primer paso en la conservación de este increíble caballo, que su fortaleza y rusticidad tienen que ser cuidadas y que no los crucen con razas foráneas. Don Juan asiente.
Estefanía nos cuenta que sus caballos vienen de Timpo y del mismo Pacramayo, que ellos son los que cargan sus cosechas y les sirven para llegar a las demás comunidades. Chumpe y Zaino son mansos, se dejan medir y evaluar, pero Mariano “es un chúcaro “ me dice Don Juan y Estefania. Nos cuentan también que solo se alimentan de pasto natural, sal y alfalfa cuando la pueden traer.
Ya son mas de las 5 de la tarde, es hora de hacer venir a las llamas, con dulces silbidos Antauro y Amilcar las llaman, increíblemente hacen filas y comienzan a bajar. Nos cuentan que también tienen vacas y ovejas.
Los llevamos a todos de regreso a su hogar, resulta que Estefania es miembro de la directiva de la Comunidad, y se compromete a organizar a su comunidad para poder recibir nuestra capacitación, quieren cuidar mejor a sus caballos, saben de su importancia y necesitan información.
La travesía hasta llegar a 4000 msnm valió la pena.
Fotografía: Pamela Celeste.