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EQUUARA

De "Inteligencia Racional" e "Inteligencia Emocional". De humanos y de caballos.


Varios han sido los investigadores y autores que han publicado al respecto de la Inteligencia Emocional, un concepto que se viene estudiando desde hace casi un siglo ( aunque parezca menos) . Entre ellos reconocidos nombres como Daniel Goleman, Wayne Payne, Howard Gardner entre otros cuantos han establecido diferentes conceptos y definiciones sobre la inteligencia emocional. De estas teorías también han surgido varios críticos y detractores que no están de acuerdo con el hecho de definir una inteligencia VS. La otra, sino de vincularlas en una sola.

Si bien no nos vamos a explayar en la teoría ni en el debate, lo interesante es entender que gracias a estos estudios se ha demostrado que las emociones son una parte fundamental de nuestra naturaleza y de nuestra inteligencia, ya que tienen una función esencial en la supervivencia del ser humano. El PARA QUE de estas emociones fue definido por Myriam Muñoz Polit en su modelo MATEA definiendo 5 emociones principales: • Miedo: el objetivo es la protección y el cuidado • Afecto: el objetivo es la vinculación; • Tristeza: el objetivo es el retiro. Cuando sentimos tristeza nuestro organismo nos está diciendo "retírate de ahí y vuelve a estar contigo"; • Enojo: el objetivo es la defensa; • Alegría: su objetivo es la vivificación. Viene a ser la batería de nuestra existencia.

Se sabe que en la evolución del hombre el “cerebro emocional, sistema límbico” apareció mucho antes que el “cerebro racional, el neocortex” lo que suena lógico entendiendo la función vital de las emociones. Todos los mamíferos que tienen un sistema nervioso poseen un cerebro emocional. Aprender a aceptar nuestras emociones (positivas y negativas) y sobre todo entenderlas como un mecanismo esencial para nuestro día a día y saber gestionarlas es aquello que nos permitirá vivir más tranquilos con nosotros mismos y nuestro entorno.

Ahora bien, dónde entran los caballos en todo esto. Los caballos, mamíferos al igual que el hombre y como explicado anteriormente poseen en sus sistema nervioso un cerebro emocional, que le permite actuar y reaccionar ante su entorno para así poder sobrevivir. Ejemplo: si percibe un león, la emoción del miedo lo motivará a huir y así poder sobrevivir. Es lo que algunas veces también llamamos el Instinto.

La rutina, el estrés, el entorno, los sucesos muchas veces nos hacen perder el equilibro entre emoción y racionalidad, ya sea obligándonos a esconder nuestras emociones, reteniéndolas, acumulándolas, haciéndonos sentir con “dificultad para pensar”, o ya sea actuando demasiado rápido ante las emociones sin antes “racionalizar”. No permitimos entonces a nuestro sistema racional y emocional entrar en equilibrio. ¿Qué pasaría si el caballo no actúa frente a la emoción del miedo que le produce el león? .

Si bien el mecanismo no es exactamente igual entre caballos y humanos ya que el ser humano es un ser racional, es el instinto lo que los une. Nuestro propio instinto que muchas veces rechazamos, por dejar de escuchar nuestras emociones. Trabajar junto a los caballos nos permite escuchar de nuevo nuestro sistema emocional. Volver a sentir con tranquilidad, y con claridad, nos permite retornar a un equilibrio que nos deja de nuevo pensar y reflexionar. Junto a los caballos podemos entender como reaccionamos de manera instintiva, natural. Entender qué nos da miedo y que hacer con eso, o qué nos trae alegría y que hacer con eso. No se trata de ser más emocional o menos. Se trata de conectar, equilibrar y actuar.

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